Breve
Historia del Vino en México.
Este blog es una práctica del curso
que estamos tomando, (mi hija y yo), en el CECATI 99.
Desde hace muchos años,
aproximadamente 30, le tome gusto al vino, sobre todo al tinto, no se mucho
sobre los tipos de uva, como oxigenarlo, en que copa tomarlo, etc. Pero en
ocasiones me he apoyado con personas que saben del tema, creo que les llaman
“sommeliers”, he ido a los almacenes Liverpool, y el personal que está
encargada de orientar a los clientes, me han hecho el favor de resolver algunas
dudas sobre el tipo de vino que debo comprar, de acuerdo a mi bolsillo. Sobre
todo me orientan en la manera que se debe empezar a apreciar el vino, apreciarlo con todos los sentidos, sobre todo
el olfato y el gusto.
Me recomendaron empezar con vinos
jóvenes y ligeros, no caros, para
iniciarme en la apreciación del vino.
Entre algunas otras cosas que me
enseñaron fue que los vinos nacionales no les piden nada a los extranjeros, en
calidad sabor y precio.
Como mencione anteriormente, cuando
empecé a tomar vino, lo hice con uno muy popular en ese entonces “Padre Kino”
de casa Domecq, después descubrí unos
españoles y chilenos baratos y ligeros, que tenían buen sabor. Al comprar
alguno de estos vinos no me fijaba en el tipo de uva o el tiempo de
añejamiento, para ser sincero solo me fijaba en el precio, al paso del tiempo
empecé a interesarme en la gran variedad de uvas de uvas, de las cuales no
imaginaba que existen. En la actualidad no conozco muchas, me gusta el vino hecho con uva Cabernet
Sauvignon, Merlot, Shiraz y vinos hechos
con mezclas de algunas de ellas. Como el vino Monteviña de Casa Madero
(combinación de cabernet con merlot), de los vinos jóvenes, para mi gusto
Exquisito. Otro muy sabroso es el Shiraz de la casa L.A. Cetto, o el Rubí y el
varietal de La Redonda, estos solo son algunos de los vinos Nacionales que me
gustan. Hay 2 vinos españoles que tomo a menudo uno se llama Estreliña y el otro Castillo de Liria.
En este blog voy a tratar sobre la
historia del vino en México, es un muy breve recorrido sobre el tema, para este
trabajo, me apoye en un artículo de “México Desconocido”, escrito por Miguel
Guzmán.
Los griegos llevaron la vid a la
península ibérica hace aproximadamente 2700 años y de España el cultivo se
propagaría a América a partir de 1492, ya que los navíos que se dirigían al
Nuevo Mundo llevaban cantidades importantes de barricas con vino, que los
españoles incluían en su dieta cotidiana.
Era necesario e imprescindible para
la tripulación, gentes de armas y colonizadores que tomaban parte en las
mismas, pues el vino se consumía como alimento, como medicina y como reparador
de fuerzas.
Un renglón muy importante que motivó
la difusión de las viñas en suelo americano, fue que los misioneros necesitaban
del vino para la celebración de la misa. A los infatigables frailes de las
diversas órdenes religiosas corresponde el mérito de haber sido impulsores de
la vitivinicultura en las colonias españolas de América.
Juan de Grijalva es considerado el
primer europeo que bebió vino acompañado de varios señores aztecas en tierras
que hoy llevan el nombre de México.
Algunas referencias bibliográficas
mencionan que el 24 de junio de 1517 se bebió vino por primera vez en México,
en una comida ofrecida por Juan de Grijalva a cinco enviados del monarca
azteca.
En un texto periodístico de 1992,
publicado en Revista de Revistas, Jorge Laso de la Vega menciona que “La Nueva
España se convirtió en el principal destino para los vinos y licores de la
península ibérica. Tan sólo durante el gobierno de Cortés dieciséis barcos
hispanos llegaban cada año procedentes de Cádiz cargados hasta las bordas con
Jerez y licores de Sevilla... Se ha
establecido con certeza que no menos de cincuenta navíos de alto bordo,
cargados con toneles de vinos arribaban cada año a la Villa Rica de la
Veracruz, además de las dieciséis embarcaciones de Cádiz”.
En América, y sobre todo en las
tierras llamadas la Nueva España, los colonizadores encontraron uvas
silvestres, diferentes de la Vitis vinífera europea, la especie apropiada para
producir vinos de grato sabor. En las Indias Occidentales había especies
diferentes del género Vitis, como la Vitis rupestris, Vitis labrusca, Vitis
berlandieri, con las cuales se elaboraban vinos en los primeros tiempos del
periodo colonial, ásperos y muy poco gratos al paladar.
Corresponde a Hernán Cortés el
mérito de haber sido el primer promotor del cultivo de la Vitis vinífera en
México, el primer país del continente americano donde comenzó a ser cultivada
la vid.
Resulta admirable advertir el
método empleado por los españoles para hacer de la profusión de vides
silvestres el cultivo de la Vitis vinífera. Es evidente que sobre las cepas silvestres
se procedió a injertar las vides españolas.
Por ello el juicio de Luis Hidalgo es certero
al afirmar: “Es indudable la gran visión de Hernán Cortés al llegar a
establecer, en el año 1524, la injertación de la Vitis vinífera como práctica
vitícola, cuando ello no se realizaba en el resto del mundo, con más de 350
años de anticipación a cuanto la mencionada práctica se hizo necesaria en el
cultivo de la vid”.
Si bien se carece de información
fidedigna respecto de los lugares donde fueron sembrados los primeros viñedos
en la Nueva España, a partir del decreto firmado por Cortés en 1524, se tiene
conocimiento que el cultivo de la vid se propagó a Puebla, Michoacán,
Guanajuato, Querétaro y Oaxaca. Más tarde fue llevado a tierras de las
provincias de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya, Nueva Extremadura y Baja
California.
Hacia 1531 el emperador Carlos I de
España y V de Alemania ordenó que todos los navíos con destino a las Indias
llevasen “plantas de viñas y olivos”, pues se consideraba conveniente que los
viñedos y olivares se multiplicasen por doquier en la extensa superficie de las
colonias hispanas en América. Por esta razón se mostraba muy prometedor el
cultivo de la vid en la Nueva España. De tal modo los viñedos crecieron en
torno a los conventos en forma semejante como había ocurrido en Europa siglos
atrás. La Misión de Santa María de las Parras, en tierras de la Nueva
Extremadura, la fundó, en 1568, fray Pedro de Escobedo, pero debido a la
belicosidad de los aborígenes de esa región fue abandonada. Lorenzo García
llegó a este lugar a finales de 1592 y logró establecerse en lo que actualmente
es la Hacienda de San Lorenzo. El 18 de
agosto de 1597 fundó las bodegas de San Lorenzo, las más antiguas del
continente americano, que hoy llevan el nombre de Casa Madero.
Misioneros en Baja California
Fueron los misioneros jesuitas
quienes llevaron el cultivo de la vid a tierras bajacalifornianas a finales del
siglo XVII. Fray Juan de Ugarte trasladó plantas de Vitis vinifera a la Misión
de San Javier en los primeros años del siglo XVIII y desde allí los religiosos
difundieron esta actividad agrícola hacía en norte, donde fundaron ocho
misiones. En el año 1767 los jesuitas fueron expulsados de los territorios
hispanos en América merced a una orden del rey Carlos III. Al frente de esos
recintos religiosos quedaron los monjes franciscanos, quienes al mismo tiempo
que promovían el evangelio cristiano, difundían el cultivo de la vid y
elaboraban vino.
Miguel Hidalgo y Costilla, promovió
la vitivinicultura en Guanajuato. Durante su gestión como párroco de Dolores,
de 1803 a 1810, fomentó el cultivo de la vid, así como la producción de vino.
Cuando Agustín Iturbide fue emperador de México trató de fomentar la industria
vitivinícola nacional, para lo cual en 1824 , ordenó que se aplicasen impuestos
hasta de 35% a los vinos importados como una forma de estimular la producción
en México. En 1843 Antonio López de Santa Anna, atendiendo las recomendaciones
de Lucas Alamán, ministro en su gabinete, fundó la Escuela Nacional de
Agricultura en Chapingo, desde donde se procuró favorecer la difusión de viñedos en territorio nacional.
En 1870 se fundó la Bodega de San
Luis Rey en la población de San Luis de la Paz, Guanajuato. Las Bodegas de
Santo Tomás se remontan a 1888 y fueron establecidas en el sitio donde se fundó
la Misión de Santo Tomás de Aquino. Y en 1907 un grupo de familias venidas de
Rusia se asentaron en un predio de la ex Misión de Guadalupe, y allí sembraron
trigo para después cambiarlo por vides. Éstos fueron los iniciadores de la
producción de vino en el Valle de Guadalupe, ubicado a corta distancia de
Ensenada, lugar donde se elaboran algunos de los mejores vinos de México. Así
como los producidos en los valles de
Parras y Tequisquiapan, Qro.
El auge de la vitivinicultura
nacional, se dio a partir de la década de los 30’s. En esos años, el presidente
Abelardo L. Rodríguez, compró las
Bodegas de Santo Tomás e instaló en la ciudad de Ensenada una planta
vinificadora. En 1936 se establece la Vinícola Regional y un italiano llegado a
México, Angelo Cetto, comienza a elaborar vinos de calidad en el Valle de
Guadalupe.
Actualmente la industria vitivinícola mexicana
después de haber sorteado infinidad de obstáculos y vicisitudes ha logrado consolidarse como una
de las mejores del mundo. La elegancia y exquisitez de estos vinos son reconocidas a nivel nacional internacional. Las numerosas medallas de oro,
plata y bronce obtenidas en concursos internacionales por Casa Madero, L. A.
Cetto, Bodegas Santo Tomás, Monte Xanic y Domecq, entre otras, constituyen el
mejor reconocimiento a los vinos
Mexicanos.
Buen provecho y salud!
Este blog es una práctica del curso que estamos tomando, (mi hija y yo), en el CECATI 99.
Me recomendaron empezar con vinos jóvenes y ligeros, no caros, para iniciarme en la apreciación del vino.
Entre algunas otras cosas que me enseñaron fue que los vinos nacionales no les piden nada a los extranjeros, en calidad sabor y precio.
Buen provecho y salud!